Internet es cada vez más móvil, como nos demuestra el último estudio de audiencia de Internet del Estudio General de Medios (EGM). No en vano España lidera en Europa el ranking de penetración de teléfonos inteligentes según Comscore.
Nuestra estrategia de contenidos, pues, ha de tenerlos en cuenta. Y, progresivamente, dotar de más recursos e importancia a todo lo que pasa o puede pasar a través del móvil.
El primer punto es nuestra primera carta de presentación con el público, la página web. Necesitamos webs responsivas, que se adaptan para ser amables a todas las dimensiones de pantallas. Y si somos un equipamiento y vendemos entradas, nuestro sistema de ticketing también debe ser navegable a través del móvil y la tableta.
Por otra parte, nuestros mails deben estar diseñados sabiendo que gran parte del público los recibirá en un dispositivo móvil. El software de gestión de email marketing que más utilizamos, MailChimp, facilita una herramienta útil en el proceso de elaboración del mail: una ventana donde ver como nuestro diseño se verá en varias pantallas.
Para reforzar la idea de la importancia de diseñar los mails pensando en los móviles (aparte de los estudios estadísticos como el citado al inicio) podemos aportar nuestra propia experiencia. Hemos visto cómo, en el último año, el porcentaje de receptores de mail en el móvil ha pasado de cifras alrededor del 30% a ser mayoritario (más del 50% en todos los listados que gestionamos). Y la tendencia de crecimiento se mantiene.
Como explicamos en este otro artículo, la diferenciación entre los receptores de los mails (en el móvil o en ordenador de escritorio) nos permite una segmentación muy sencilla que podemos utilizar para mejorar las ratios de apertura, clic o conversión.
Hasta ahora hemos hablado de contenidos que ya teníamos antes de la irrupción de los teléfonos móviles. Vale la pena que ahora elaboramos nuestros contenidos teniendo en cuenta que nuestra comunidad cada vez está más conectada con nosotros a través de ellos. Pero también podemos crear contenidos nuevos pensados justamente para este nuevo canal de comunicación y contacto (que, recordemos, acompaña a nuestro usuario/participante prácticamente 24 horas al día, 7 días a la semana).
Han comenzado a aparecer plataformas que ofrecen servicios de marketing móvil que pueden ser interesantes. Permiten generar programas de puntos de fidelización a costes asumibles y escalables según su utilización; enviar mensajes emergentes al móvil; o utilizar el móvil para efectuar reservas o como receptor de la entrada para ser directamente validada. Por si desea investigar, dos ejemplos serían Quomai y Uniclau.
Hay otros, y en los próximos meses veremos emerger diversas plataformas que seguro serán muy interesantes para la cultura. Atención también a la geolocalización a través del móvil y la interacción que conllevará.
También podemos desarrollar o comprar nuestra propia aplicación. En este sentido, nuestra opinión es que una app debe hacer una aportación de valor: facilitar el acceso; aportar contenidos diferenciados y adaptados; sumar elementos de gamificación; facilitarnos datos y estadísticas interesantes; facilitar la interacción… Por tanto, debemos pensar bien la decisión y no confundir finalidad y medio. Optamos por hacer una aplicación si lo que queremos es una funcionalidad que valoramos y que no nos pueden aportar otros canales. Una aplicación no es (ni sustituye) un web. Una web responsiva puede cumplir las funciones de una app sencilla.
Más allá del marketing, los móviles tienen y tendrán muchos otros usos. Son ya una herramienta imprescindible del gestor cultural. Siempre con el móvil a mano, por ejemplo para hacer una oportuna foto para compartir en las redes sociales en el mismo momento y a través del mismo móvil. Nuevas aplicaciones nos permiten grabar en vídeo una canción y editarla socialmente con el conjunto de vídeos grabados por otros usuarios (Vyclone). Otros nos permiten comprar el concierto que acabamos de escuchar minutos después de salir de la sala (LIvely). Móviles que pueden ser lectores de los códigos QR de entradas (pronto diremos adiós a las inversiones en pdas o pistolas lectoras de códigos de barras). Con la inminente irrupción del NFC, bastará con una simple aproximación de los dispositivos a la entrada, y serán el mecanismo de pago fundamental.
¡Y quién sabe si en unos meses el acceso a los teatros será con la huella digital o el escaneado de la retina también a través del móvil!
Los móviles son un dispositivo ideal para acceder a nuestros públicos y para fortalecer nuestra relación con ellos. También son una herramienta de gestión y de construcción de contenidos propios y colaborativos.
La presencia total de estos dispositivos en prácticamente todo lo que hacemos no es ajena a la práctica ni en la gestión cultural.