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Taylor Deas, Unsplash

Esperando unos gloriosos años 20… la magnitud de la tragedia III

Las estimaciones que hicimos en abril de 2020 y exponíamos en el artículo La magnitud de la tragedia II se han cumplido en la franja más bien pesimista. Augurábamos unos descensos de los ingresos en 2020 de entre el 60 y el 80% respecto a los del 2019 y así ha sido en todos los casos que se van conociendo[1].

Nos hemos movido en los peores escenarios de evolución de la pandemia. Los indicadores, lejos de estar bajo control, se han descontrolado ya dos veces con una segunda y tercera ola que han implicado nuevas restricciones de aforo, limitaciones de movilidad (con efectos sobre la demanda superiores a los de la limitación de aforo: en ciudades con proyectos culturales relevantes más de la mitad de la audiencia llega de fuera) y una serie de mensajes entre confusos y desconcertantes para los públicos.

Aunque lo parezca, no todo ha ido mal:

“Nos hemos movido en los peores escenarios de evolución de la pandemia. Los indicadores han implicado nuevas restricciones de aforo, limitaciones de movilidad y una serie de mensajes entre confusos y desconcertantes para los públicos.”

  • respecto a la previsión inicial, la vacuna llega antes de lo que los más optimistas podían esperar, ¡y ya la tenemos aquí!
  • la reacción del público cuando ha podido ir a los espacios culturales ha sido positiva, los espectáculos de mayor demanda han llenado todo el aforo disponible y las reacciones del público han sido favorables al regreso.
  • la cultura ha recibido un tratamiento diferenciado. El reconocimiento como esencial ha sido más simbólico que real, pero las autoridades sanitarias han entendido que la cultura, a pesar de reunir algunos condicionantes de riesgo, no es una actividad que merezca ser considerada de las más peligrosas tomándose como se toman las medidas oportunas (lo argumentábamos nosotros con ayuda de científicos especialistas y del BIOCOM en este artículo, ¿Es la cultura segura?). Esto ha permitido que tras unas primeras semanas en verano donde los teatros y auditorios (en menor medida los museos) eran clasificados en el grupo de los cierres totales en la primera necesidad, han sido situados en un segundo estadio con limitaciones de aforo del 50 % en Cataluña y del 75 % en Madrid, por ejemplo.

A partir de ahora quedan 2 incógnitas fundamentales:

  • ¿cuánto tiempo será necesario para lograr una inmunidad de grupo basada en la vacunación como para llegar, entonces sí, a una nueva normalidad?
  • ¿tendremos alguna recaída, nueva ola a frenar, antes de que llegue esta normalidad?

Si somos conscientes de las dificultades que implica la vacunación (sólo hay que ver cómo han arrancado las primeras semanas), y revisamos cuándo y en qué condiciones se dispara la Rt, no podemos ser muy optimistas en las respuestas: faltan meses largos para la inmunidad de grupo y tendremos que hacer frente a nuevas olas y restricciones (en este sentido, la variante inglesa del virus puede ser un factor con efectos negativos en ambos frentes).

“Una nueva estimación de la demanda nos muestra que la recuperación será lenta, y que este año será mucho mejor que el pasado, pero todavía hay que prepararse para gestionar una nueva realidad”

En este contexto, ahora con más datos para la estimación (ya podemos analizar algunos datos de demanda reales de 2020), con la actualización de las encuestas sobre percepciones de los públicos culturales y de ocio[2] y asumiendo un efecto de la crisis de contracción de la demanda similar al de la crisis de 2008 en intensidad (profundizamos y desglosamos detalles de la estimación del efecto de la crisis en el consumo cultural aquí) , aunque de más corta duración.

Podemos hacer una estimación de la demanda para 2021 y más adelante. De nuevo, esta estimación debe entenderse como una aproximación heurística que prima la relevancia y utilidad que pueda descubrir por encima de la precisión estadística. Con esta cautela la fotografía que nos deja es:

  • la recuperación será lenta, y no será todavía en 2021
  • este año será mucho mejor que el pasado, pero todavía hay que prepararse para gestionar una realidad entre el peor escenario con una demanda del 50% respecto a los datos del 2019 y una expectativa optimista de recuperar hasta el 70%
  • para el 2022 y más allá nos quedará, sobre todo, la incógnita del efecto de la crisis, la pérdida de poder adquisitivo de grandes capas de la sociedad, especialmente jóvenes.

La V asimétrica de la recuperación es más asimétrica de lo que quisiéramos, pero la vacuna es una esperanza real y la luz al final del túnel aún es débil, pero existe. Lo que queda de esta temporada no será normal. La siguiente, la temporada 21/22, será la de la auténtica recuperación. No será una recuperación fácil, quedarán secuelas, en forma de menor consumo, en forma de cambio de hábitos culturales. Viviremos una nueva realidad, los públicos serán más exigentes, su gestión más tecnificada, necesitaremos y contaremos con nuevos contenidos. Y tendremos unos gloriosos años veinte, pero tardarán un tiempo en llegar.


[1] 72% cinema según comscore;  según datos recopilados por El País 73,4 % el Museo del Prado, 71,8 % el Museo Reina Sofia, 67% el Museo Nacional Thyssen-Nornemisza, 63,5% los museos de gestión directa del Ministerio de Cultura, 73 % el Museo Guggenheim Bilbao, 75 % el Museu Nacional d’Art de Catalunya MNAC, 76,7% el Museo Picasso Málaga, 65% CaixaForum y CosmoCaixa; y un 77,8% según el informe Impacte de la COVID-19 en la freqüentació dels equipaments patrimonials de Catalunya el 2020 del Observatori dels Públics del Patrimoni Cultural de Catalunya

[2] Continuamos utilizando como referencias básicamente encuestas en el mundo anglosajón, donde destacamos a este artículo Culture Restart encuestas que en UK han estado haciendo a públicos culturales desde Indigo ltd y otras consultoras, donde contamos con datos de 3 oleadas de encuestas en diferentes momentos de la pandemia y que fue presentado por el Área de públicos del ICEC y el SDE en las VI Jornades de Màrqueting Cultural del pasado 2/11/20

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