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Erik Witsoe, Unsplash

Movimientos en los cines

Movimientos tectónicos en la mayor industria cultural en vivo.

Hace ya unas semanas estalló la que podría ser la batalla final abierta entre salas y grandes estudios.

La colaboración entre generadores de contenidos y difusores en formato vivo parece tocar fondo y la causa es, como no, el dinero.

Los estudios, dadas las circunstancias, han probado de monetizar sus contenidos directamente en digital. Una película como «Trolls World Tour» ha ingresado casi 100 M $ en 3 semanas de exhibición on line. El modelo ha sido ponerla a disposición para visionar a lo largo de 48 h por 19.99 €. El experimento demuestra el potencial del nuevo canal.

El modelo clásico, que reservaba una ventana exclusiva para las salas de cine asociada a una enorme campaña de publicidad y marketing, y que tan buenos frutos ha dado hasta ahora, podría estar llegando a su fin.

En poco más de un mes habrá caído un paradigma que había resistido con fuerza las embestidas de la digitalización.

La tendencia ya era esta, y las ventanas exclusivas ya sufrían diversas presiones alimentadas por movimientos de los grandes operadores de VOD. Los acontecimientos, pero, han provocado una aceleración extraordinaria. Caen barreras que habían destacado en su defensa del modelo clásico, la Academia de Hollywood ya no limitará sus votaciones para los Oscar a los títulos estrenados en sala.

En poco más de un mes habrá caído un paradigma que había resistido con fuerza las embestidas de la digitalización.

No ayudan a caminar en dirección contraria las primeras evidencias de que, a pesar de las reaperturas de las salas, una parte del público tendrá una cierta resistencia a volver durante un tiempo, como apuntan los datos de asistencia en los cines de China que han empezado a abrir y las encuestas de público de eventos deportivos[1] y culturales[2] (que son una de las fuentes que utilizamos en las estimaciones de la recuperación de la cultura o específicamente en patrimonio y museos).

La experiencia en sala continuará siendo diferente, pero ya no tendrá la primicia.

El futuro parece que será el estreno en paralelo en sala y en taquillas on line a través de las plataformas globales en el marco de un acuerdo entre los operadores que defina unas nuevas reglas de juego. La experiencia en sala continuará siendo diferente, pero ya no tendrá la primicia.

El esperado estreno en salas de cine de la nueva producción de Christopher Nolan, Tenet, el próximo 17 de julio será toda una prueba de fuego, una prueba del vigor del estreno theatrical en condiciones de confinamiento. Toda la industria estará atenta al box office de esa semana, el resultado no está escrito, pensamos que el 50% de todas las butacas de cine del mundo son muchas butacas, suficientes para batir récords, como nos apunta este artículo.

Ahora, por bien que vaya y demuestre la rentabilidad del modelo para un número determinado de títulos de consumo masivo y global, las salas de cine dependerán de su capacidad para desarrollar una comunidad a su alrededor y confiar menos en el producto en exclusiva. En cierto modo, el futuro de los cines podría parecerse bastante al de los teatros (una idea que comentamos hace tiempo aquí). Los gestores de los cines deberán centrar más atención en sus usuarios y los datos, más que en los títulos de estreno, más marketing relacional y un poco menos de transaccional.

Sin datos para conocer la comunidad, sin herramientas y estrategias para hacerla crecer y desarrollarla, las salas son simples recintos que acogen los contenidos, y ya no están solos ni son imprescindibles, han perdido definitivamente el monopolio. A su vez, los creadores y productores sin conocimiento de quién es su audiencia son simples proveedores de contenidos, son sustituibles, son menos relevantes. Es decir que la centralidad de la comunidad aplica a toda la cadena.

Los grandes operadores a nivel global han invertido enormidades en controlar esta cadena, y ahora se encuentran en una posición de privilegio

Los grandes operadores a nivel global han invertido enormidades en controlar esta cadena, y ahora se encuentran en una posición de privilegio, estrenan directamente en digital aprovechando las condiciones de laboratorio ideales que la pandemia ha generado, están evaluando el potencial económico del mercado digital y definirán el nuevo modelo de negocio en base al conocimiento adquirido (al respecto, muy interesante el artículo de @Elena_Neira).

Estos grandes operadores parecen ahora uno de los pocos ganadores en medio del desastre. Operadores con centros de decisión lejanos, que tributan poco y mal, de los que podemos esperar inteligencia para cuidar el tejido creativo local, pero no empatía o complicidad.

En resumen, y en la línea de muchas otras reflexiones, también para los cines la pandemia acelera la digitalización, con los retos (y oportunidades) que implica.


[Muchas de las referencias a los artículos hay que agradecérselas a Juan Herbera y a Javier Ibacache]


[1] https://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-usa-events/most-americans-to-avoid-sports-other-live-events-before-coronavirus-vaccine-reuters-ipsos-idUSKCN22A2AK

http://blogs.shu.edu/sportspoll/2020/04/09/nearly-3-of-4-americans-say-they-wont-attend-games-without-coronavirus-vaccine-developed/

[2] http://unbouncepages.com/shugollresearch/

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